martes, 29 de marzo de 2011

Ramón Gómez de la Serna


Biografía

(Madrid, 1888-Buenos Aires, 1963) Escritor español. Licenciado en derecho por la Universidad de Oviedo, consagró su vida exclusivamente a la actividad literaria, en la que se mostró como un escritor fecundo y pionero de un tipo de literatura que, dentro de la más pura vanguardia, se erige como una construcción personal de gran originalidad.
Sus primeras obras muestran una actitud crítica e innovadora frente al panorama literario español, dominado por los noventayochistas, y coinciden con la dirección, asumida desde 1908, de la revista Prometeo, receptora y difusora de los primeros manifiestos vanguardistas en España, de los que fue su primer e incondicional defensor e impulsor. Animador indiscutible de la vida literaria madrileña, en 1914 creó una de las tertulias más frecuentadas y famosas con que ha contado Madrid, la del Café Pombo.
Su particular visión de la literatura, concebida dentro de los presupuestos del arte por el arte, sin ningún intento de reflexión ideológica, dio lugar a un género inventado por él, las greguerías, definidas por el propio autor como «metáfora más humor». Consisten en frases breves, de tipo aforístico, que no pretenden expresar ninguna máxima o verdad, sino que que retratan desde un ángulo insólito realidades cotidianas con ironía y humor, a base de expresiones ingeniosas, alteraciones de frases hechas o juegos conceptuales o fonéticos.
u vasta producción literaria incluye desde artículos y ensayos, algunos agrupados en libros, hasta dramas de tema erótico y obras más o menos novelísticas, muchas de ellas basadas en una trama truculenta, al modo de los folletines costumbristas, que por las incoherencias en la narración, las imágenes de tipo surrealista o el barroquismo de la expresión se convierten en una forma de absurdo que destruye todo sentimentalismo y las acerca a lo patético y grotesco.
En 1936, a raíz del estallido de la guerra civil española, se exilió en Buenos Aires con su esposa, la escritora Luisa Sofovich, y en 1948 publicó la obra autobiográfica Automoribundia, testimonio de su vida y compendio de su estilo y su personal concepción literaria.

Bibliografia

  De su numerosa bibliografía, las obras más importantes son: "El Incongruente" -su novela predilecta-, "El Gran Hotel", "La Hiperestésica", "El Torero de Caracho".

En la fotografía de archivo, de la década de los 30, Gómez de la Serna almuerza en una terraza de Madrid

Obras




Al caballo con freno todo le sabe a cucharilla.
El niño grita: “¡No vale!”… “¡Dos contra uno!”, y no sabe que toda la vida es eso: dos contra uno.
La miel es un robo.
La vida obliga a la prisa de vivir porque el pan en seguida se pone duro.
Golf: juego para ratones que se han vuelto ricos.
Lo que más le indigna al joyero robado es que los ladrones dejen despectivamente los estuches vacíos como si hubiesen comido mejillones.
Senos: el misterio móvil.
El ombligo no oye las conferencias.
Nuestros gusanos no serán mariposas.
Las mariposas no duermen la siesta.
El farol no tiene prejuicios.
A los espejos no se les olvidan los trajes a rayas.
Tenía un sueño con cerrojo por dentro.
El pez está siempre de perfil.
Al sacapuntas no le interesa sacar punta al lápiz, sino hacer tirabuzones.
Lo peor al incendiarse el teatro es que se queme el cartelito de Salida.
En las cejas tachó algo la naturaleza.
Los tenores de ópera parecen algo más que tenores de ópera, pero no son más que tenores de ópera.
¿Qué está haciendo en realidad la luna? La luna está tomando el sol.
No hay nada más conmovedor que la risa de una mujer bella que ha llorado mucho.
En la cama siempre es primavera.
Lo peor de la ambición es que no sabe bien lo que quiere.
El jabalí es el cerdo que defiende sus jamones.
El viento se rasca la espalda en las esquinas.
Al ver cómo se repiten trucos y mentiras en la pantalla nos preguntamos. ¿Es que los cómicos de cine no van al cine?
El hipopótamo juega a ser submarino.
La mujer mira con miedo los relojes.
El otro lado del río siempre estará triste de no estar de este lado. Esa pena es de lo más insubsanable del mundo y no se arregla ni con un puente.
Lo malo es que al final se desnuca la vida.
Cuando anuncian por el altavoz que se ha perdido un niño, siempre pienso que ese niño soy yo.
Greguerías (IV)


Lo que pierde al ratón es arrastrar tan largo rabo.
Las hormigas llevan el paso apresurado como si las fuesen a cerrar la tienda.
Nostalgia: neuralgia de los recuerdos.
El dinero huele a vagabundo.
El que sabe dormir es el que se entremete la almohada entre el hombro y la mandíbula como si fuese el violín de los sueños.
Las raíces de los árboles están cruzadas de brazos.
Nos aliviaríamos si comprendiésemos que morir es la última diversión de la vida.
En el fondo de los espejos hay un fotógrafo agazapado.
La llave nos gasta la broma de hacer como que no es de la cerradura que es.
Los azulejos abren el apetito.
El caballo sí que es un hombre serio.
Al callarse la cigarra de pronto, parece que ha habido una avería eléctrica.
Tenía ojos de botón bien cosido.
Lo mas terrible del perro con bozal es que no puede bostezar.
Los claveles tienen las manos frías.
Lo malo del deseo es que vuelve sin avisar.
La nieve tiene sangre azul.
Reuma es tener dolor de cabeza en las piernas.
Las rosas rompen sus cartas de amor.
   
Greguerías (III)

Tocar la trompeta es como beber música.
El caballo mientras pace parece estar leyendo la yerba como un corto de vista.
El caracol siempre está subiendo su propia escalera.
La rana es el animal más indeciso.
Los murciélagos fuman a escondidas.
No hay cosa que dé más rabia que el oír hablar a través de un caramelo.
La lluvia en la madrugada es como lluvia en trenes o andenes.
Al servirnos una ración de jamón parece que nos sirven un bello crimen en lonchas.
Después de comer alcachofas el agua tiene un sabor azul.
Los sordos ven doble.
Cuando nos sentamos al borde de la cama, somos presidiarios pensando en nuestra condena.
Sólo hay un olor que puede competir con el olor a tormenta: el olor a madera del lápiz.
Hay una campana que suena en el alba y que no está en ningún campanario.
El camello lleva a cuestas el horizonte y su montañita.
No tiene importancia que el cazador mate un pichón, sino que haya matado un vuelo.
La fraternidad de tres pares de calcetines es conmovedora y tiene rebaja.
Es difícil imaginar que una monda calavera sea una calavera de mujer.
Son más largas las calles de noche que de día.
Greguerías (II)

Si vais a la felicidad llevad sombrilla.
Los ladrillos saben esperar.
Por los ojos del caballo se asoma la noche al día.
Cuando la mujer pide ensalada de frutas para dos perfecciona el pecado original.
Las primeras gotas de la tormenta bajan a ver si hay tierra en que aterrizar.
Los grandes reflectores buscan a Dios.
Las rosas se suicidan.
El olivo siempre tiene cara de haber dormido mal.
Todos los pájaros son mancos.
Al calvo le sirve el peine para hacerse cosquillas paralelas.
Los cuervos se tiñen.
El polvo está lleno de viejos y olvidados estornudos.
La raya del pelo es feliz.
Los dulces finos son servidos en diminutos paracaídas.
El ventilador afeita el calor.
Es triste que el interior de los baúles esté empapelado de pasillo.
Una de las mayores maldades de la vida es tirar la cerilla encendida al agua.
Entre los carriles de la vía del tren crecen las flores suicidas.
Lo que más duerme en la noche son las torres.
¡Qué gesto como de acordarse de alguien, de no se sabe quién, pone el que saborea una copa de licor!
.
Ramón Gómez de la Serna. Greguerías

Comentario Literario




Alfonso Reyes (1918):
  
"Cuando comenzó a escribir no hacía caso de las palabras. Las arrojaba unas contra otras y, entre tropiezos, lograba imitar con ellas sus emociones inefables. Devolvía su confusión a las cosas, no con la segunda intención lógica de Mallarmé sino con una inconsciencia de iluminado.
   Ha dejado muchos intentos (dramas, cuentos, dichos), todos valiosos y que no se pueden leer sin el escalofrío del arte. Gustan y hacen daño, como todo lo que reposa en una inadecuación sutil. Y quizás a la larga maten.
   Poco a poco, Gómez de la Serna parece convencerse de que no podrá �desarrollar� una acción. Sus acciones son escenitas soldadas artificialmente, como lo serían las cintas del cinematógrafo sin el parpadeo de ese misterioso interruptor metálico Y ni él ni las palabras -tan leales- quieren resignarse a esta penosa tarea de adición. Se cansan a la cuarta línea uno y otras. Y entonces el escritor se va convenciendo de que tiene que escribir a chispazos, a frases como toques eléctricos, a golpes de lucha japonesa.
   Al mismo tiempo, una extraña especie de misticismo lo va dominando: todo él se siente untado en las cosas, en los objetos, en esos trebejos cotidianos que empiedran la vida -y la madrileña sobre todo-, en los mil y un juguetes trágicos que pueblan su célula de abeja paciente. Su cara, su pipa, su mano de sortija negra, el hoyuelo de la vecina, el grito del farolillo de gas que se apaga y pide favor, lo van atrayendo, polarizando paulatinamente toda su voluntad estética. Puede pasarse todo un día viendo volar una mosca o gesticulando ante el espejo. Se abandona en las cosas con ese pavor delicioso del que sabe asustarse solo. Las cosas alargan tentáculos hacia él y van a absorberlo.
   Ya para entonces, la lealtad de las palabras le ha impuesto un estilo, un corte de frase y una adjetivación muy suyos. No es que él haya acabado por ajustarse al lenguaje, sino que el lenguaje, a tanto insistir, ha abierto una brecha por su espíritu penetra por él como un golpe de viento, y se roba sobre sus cien alas todo lo que puede.
   Pero si Ramón se alarga, si quiere soldar una idea con otra, entonces todos se pone mal y todo se lo lleva el diablo. Sus obras perfectas no duran más allá de las siete líneas. La línea número ocho es el punto crítico de disgregación. Más allá, la máquina se resiste o se para.
   Así condicionado, Gómez de la Serna es dueño de un arma que parece un alfiler, y es capaz de crucificar con ella todos los insectos; sólo que no puede servirle como cincel de labrar estatuas.
   Se interesa más en las cosas que le rodean. [...] Por toda su obra posterior hay un vago susto de que el corazón se le ahogue; la vida le parece una burbuja muy tenue que un suspiro puedo deshacer."



Enero, 1918


(Escrito recogido en Tertulia de Madrid, Buenos Aires: Espasa Calpe, 1949.

 "






Guillaume Apollinaire

Biografía

(Wilhelm Apollinaris de Kostrowitzky; Roma, 1880-París, 1918) Poeta francés. De origen polaco, en 1898 se estableció en París, pero las dificultades para encontrar empleo le obligaron a colocarse como preceptor de una familia en Alemania durante dos años. A su regreso a París, en 1902, frecuentó los círculos artísticos y literarios de la capital francesa, donde adquirió cierta notoriedad. Trabajó como contable en la Bolsa y como crítico para varias revistas, desde las que teorizó en defensa de las nuevas tendencias, como el cubismo de sus amigos Picasso y Braque y el fauvismo de Matisse, con los que compartió la vida bohemia de la época.
En 1909 publicó su primer libro, El encantador en putrefacción, basado en la leyenda de Merlín y Viviana, al que siguieron una serie de relatos de contenido fabuloso. Sus libros de poemas El bestiarioo el Cortejo de Orfeo (1911) y Alcoholes (1913) reflejan la influencia del simbolismo, al tiempo que introducen ya importantes innovaciones formales; ese mismo año apareció el ensayo crítico Los pintores cubistas, defensa encendida del nuevo movimiento como superación del realismo.
Al estallar la guerra de 1914, se alistó como voluntario y fue herido de gravedad en la cabeza en 1916; murió dos años después, víctima de la gripe española, cuando aún estaba convaleciente.
En los poemas de Caligramas, aparecidos póstumamente, lleva al extremo la experimentación formal de sus anteriores obras, preludiando la escritura automática surrealista al romper deliberadamente la estructura lógica y sintáctica del poema. Son célebres, por otro lado, sus «ideogramas», en que la tipografía servía para «dibujar» objetos con el texto mismo del poema, en un intento de aproximarse al cubismo y como expresión del afán vanguardista de romper las distinciones de géneros y artes.

Bibliografia

En 1909 publicó su primer libro, El encantador en putrefacción, basado en la leyenda de Merlín y Viviana, al que siguieron una serie de relatos de contenido fabuloso. Sus libros de poemas El bestiarioo el Cortejo de Orfeo (1911) y Alcoholes (1913) reflejan la influencia del simbolismo, al tiempo que introducen ya importantes innovaciones formales; ese mismo año apareció el ensayo crítico Los pintores cubistas, defensa encendida del nuevo movimiento como superación del realismo.


Ejemplo de caligramas de Apollinare






 Escribo Solo de Guillaume Apollinaire

Escribo solo a las cambiantes luces
Que arroja un leño ardiente
A veces se lamentan los obuses
Frecuentemente
Oigo el galope de un corcel que cruza
Por el campo lejano
El siniestro graznar de
 la lechuza
Sube al cielo mi mano
Traza estas líneas desoladamente
Adiós mi corazón
Trazo el signo también místicamente
De la Gran Ilusión
Oh mi místico amor oh Lou la vida
Nos dará el doble fuego
De la delectación nunca extinguida
Compartiremos luego
Un amor que será el único amor
Adiós mi corazón
Enciende un astro místico su fuego
Tiene el color
Del ambiguo color de tu mirada
Que entre las sombras arde
Siento una aguda herida renovada
Adiós. Es tarde

 Si Yo Muero Allá Lejos de Guillaume Apollinaire

Si yo muero allá lejos en el frente de guerra
Tú llorarás un día oh Lou mi gran amor
y después mi recuerdo se apagará en
 la tierra
Como un obús que estalla en el frente de guerra
Bello obús semejante a la mimosa en flor
Más tarde este recuerdo que en el aire ha estallado
Cubrirá con mi sangre
 la tierra toda entera
El valle el mar y el astro que pasa como al lado
De Baratier los frutos de oro en
 primavera
Presencia en cada cosa olvidada y viviente
Yo encenderé
 el color de tus senos rosados
Encenderé tus labios y tu
 cabello ardiente
Tú no envejecerás y todo lo existente
Cobrará nueva vida sobre el destino amado
La fuga ineluctable de mi sangre en el mundo
Dará un fulgor más vivo al sol agonizante
Hará la flor más roja y hará el mar más profundo
Un amor inaudito descenderá hasta el mundo
Y tendrá más poder en tu cuerpo tu
 amante
Si al morir allá lejos mi recuerdo se olvida
Recuerda Lou en los éxtasis más puros de tu vida
-En tus días de
 ardor 
y pasión amorosa-
Que mi sangre es la fuente de esta dicha futura
Y siendo la más bella sé tú la más dichosa
Oh mi amor oh mi única oh mi inmensa locura!

 La Hoguera de Guillaume Apollinaire

A Paul-Napoléon Roinard
Tiré en el noble fuego
Que transporto y adoro
Vivas manos y mismo fuego
Ese Pasado esas cabezas de muertos
Llama hago lo que tú quieres
Ese galope repentino de las estrellas
No siendo más que en lo que se convertirá
Se mezcla con el macho relincho
De los centauros en sus acaballaderos
Y de los grandes lamentos vegetales
Dónde están esas cabezas que yo tenía
Dónde el Dios de mi juventud
El amor se ha vuelto malo
Que en la hoguera las llamas renazcan
Mi alma al sol se desnuda
En la llanura han crecido llamas
Nuestros corazones cuelgan de los limoneros
Las cabezas cortadas que me aclaman
Y los astros que han sangrado
No son sino cabezas de mujeres
El río prendido con alfileres sobre la ciudad
Te fija como una prenda
Partiendo del anfión dócil
Padeces todos los tonos encantadores
Que vuelven ágiles las piedras
 Tuve El Valor De Mirar Hacia Atrás de Guillaume Apollinaire

Tuve el valor de mirar hacia atrás
Los cadáveres de mis días
Marcan mi camino y les voy llorando
Unos se pudren en las iglesias italianas
O en pequeños bosques de limoneros
Que florecen y fructifican
Al mismo tiempo y en todas las estaciones
Otros días lloraron antes de morir en las tabernas
Donde ardientes ramos rodaban
Ante los ojos de una mulata que inventaba la poesía
Y las rosas de la electricidad se abren aún
En el jardín de mi memoria

Apollinaire, en la Primera Guerra Mundial, poco después de ser herido. (Foto: EL MUNDO)




Comentario Literario

Guillaume Apollinaire, el abanderado de los poetas modernos -como con tanto acierto se le ha llegado a llamar- fue también uno de los grandes provocadores de un tiempo -añorado más tarde por Breton- en el que la burguesía aún se escandalizaba.  Probablemente fue ésa, y no ninguna otra, la razón de sus textos libertinos, para muchos más fuertes que los de Sade.  De vida breve y agitada, ello no le impidió participar en todas las polémicas artísticas que desataron las vanguardias y dejar escrita una bibliografía de referencia obligada tanto para el estudio de las vanguardias como para el de las letras francesas.

Wilhelm Apollinaris de Kostrwitzky, verdadero nombre del artista, nació el 26 de agosto de 1880 en Roma.  Fue su madre una aristócrata polaca que, además de darle el apellido que su padre -probablemente Francesco Flugi d’Aspermont, un oficial italiano- le negó, fue una amiga más que una madre para él.  Con ella, ludópata empedernida, viajó por Italia y la Costa Azul francesa.  Todos los lugares donde hubiera un casino donde perder algo de dinero les servían como residencia ocasional.

Algunos amigos

Las dificultades económicas y los desórdenes de su educación hicieron que la musa despertara en el pequeño Guillaume.  Empleado como preceptor de acaudaladas familias centroeuropeas, compone sus primeros poemas mientras viaja con ellas.  De esta manera, cuando sus primeros versos aparecen publicados en la parisina "Revue Blanche", Apollinaire vive en Renania.  Corre el año 1902.

Alfred Jarry y Félix Fénéon serán los primeros valedores del nuevo poeta, quien no tardará en regresar a la capital francesa.  Ya en 1903 pone en marcha la revista "Le festin d’Esope".  El periodismo, bien como colaborador en publicaciones ajenas, bien como editor, le permite abandonar el modesto puesto que ha ocupado en un banco recién instalado en París.  Por aquellos años conoce a dos de sus grandes amigos: Max Jacob y Picasso, juntos a ellos, el poeta descubrirá que también hay en él un crítico de arte.  No es que Apollinaire aborrezca la tradición, lo que le ocurre es que busca nuevas formas de expresión para sus sentimientos.

Mientras en su obra crítica defiende incansablemente a los artistas más variados: Picasso, Matisse, Picabia, De Chirico... reúne sus relatos en "L’Hérésiarque et Compagnie" (1910) y se convierte en uno de los grandes de Montmatre.  También es entonces cuando Apollinaire escribe esas dos obras sobre las que sus biógrafos suelen pasar calificándolas, no carentes de rubor, de "textos libertinos".  Se trata de "Las once mil vergas" y "Las hazañas de un joven don Juan".  Al igual que una buena parte de la producción de su autor, permanecerán inéditas hasta los años 30.

Palabras como pinturas

Será su primer volumen de versos, Alcoholes' (1913), donde recoge quince años de producción poética, el que le catapulte al parnaso de la poesía francesa.  Los asuntos de sus composiciones son viejos: amores fracasados, paso del tiempo, miedo al futuro, pero en opinión de la crítica, el talento de Apollinaire "los rejuvenece y los vuelve más conmovedores".  Hay en el poeta algo que le hace pasar de "las violencias fáciles al penoso abandono de una repentina imagen amorosa", escribe Giannessi.

Apenas se declara la guerra del 14, Guillaume Apollinaire se alista voluntario.  El mismo año que en la retaguardia aparece su novela "El poeta asesinado" (1916) es herido en la cabeza.  Habrán de trepanarle el cráneo para curarlo.  En 1917, mientras el poeta puede volver a escribir, aparece su farsa de tintes surrealista "Los senos de Tiresias".  En 1918 da la estampa su obra maestra, "Caligramas".  Se trata de una colección de poemas inspirados por la guerra que asola el Viejo Continente y escritos en la trinchera.  Destacan entre todos estos cantos de batalla los caligramas propiamente dichos.  Son composiciones ordenadas en caprichosos arabescos para formar así dibujos que representan una mandolina, un caballo, la lluvia, una flor...

Desgraciadamente, la epidemia de gripe que ese mismo año 18 se declara en París se lleva a Guillaume Apollinaire, cuya salud ha quedado seriamente dañada a consecuencia de las heridas sufridas en combate.
Javier Memba.




viernes, 25 de marzo de 2011

Juan José Arreola Zúñiga

Archivo fotográfico del CONACULTA-INBA y del CNI
BIOGRAFÍA

Juan Jose Arreola Zúñiga nació el 21 de septiembre de 1918 en Zapotlán el Grande —hoy Ciudad Guzmán—, Jalisco, Guadalajara (México).
Estudió en Jalisco y en 1930 empezó a trabajar como encuadernador. En 1937 se marchó a vivir a México D.F. para estudiar en la Escuela Teatral de Bellas Artes.
En 1941 publicó su primera obra, Sueño de Navidad. En 1945 colaboró con Juan Rulfo y Antonio Alatorre en la publicación de la revista Pan, de Guadalajara y pudo viajar a París bajo la protección del actor Louis Jouvet. Allí conoció a J. L. Barrault y Pierre Renoir. Un año después regresó a México.
A su vuelta empezó a trabajar en Fondo de Cultura Económica como corrector y autor de solapas y obtuvo una beca en El Colegio de México gracias a la intervención de Alfonso Reyes. En 1949 apareció su primer libro de cuentos Varia invención. En 1950 recibió una beca de la Fundación Rockefeller.
Su obra maestra Confabulario fue publicada en 1952 y recibió el Premio Jalisco de Literatura, a este le seguirían el Premio del Festival Dramático del Instituto Nacional de Bellas Artes y el Premio Xavier Villaurrutia.
A partir de 1964 dirigió la colección "El Unicornio", y se inició como profesor en la Universidad Nacional Autónoma de México.
En 1972 se publicó la edición de Bestiario, que completaba la serie iniciada en 1958, con Punta de plata.
Su prestigio fue ascendiendo y en 1979 fue galardonado con el Premio Nacional en Letras, en la Ciudad de México y en 1992 el Premio Juan Rulfo, al que seguirían el Alfonso Reyes y Premio Ramón López Velarde.
En 1992 participó como comentarista de Televisa para los Juegos Olímpicos de Barcelona.
Murió el 3 de diciembre del 2001.

Bibliografía

La Parábola del Trueque (1938)
Sueño de Navidad (1941)
Hizo el bien mientras vivió (1943)
Varia invención (1949)
Confabulario (1952)
La hora de todos (1954)
Punta de plata (1958)
Confabulario total (1962)
La feria (1963)
Obras de Juan José Arreola (1971)
Bestiario (1972)
La palabra educación (1973)
Inventario (1976)
Confabulario personal (1985)
"Tú y yo somos uno mismo" (1988)










Archivo fotográfico del CONACULTA-INBA y del CNIPL

EL SAPO

Salta de vez en cuando, sólo para comprobar su radical estático. El salto tiene algo de latido: viéndolo bien, el sapo es todo corazón.
Prensado en un bloque de lodo frío, el sapo se sumerge en el invierno comouna lamentable crisálida. Se despierta en primavera, consciente de que ninguna metamorfosis se ha operado en él. Es más sapo que nunca, en su profunda desecación. Aguarda en silencio las primeras lluvias.
Y un buen día surge de la tierra blanda, pesado de humedad, henchido de savia rencorosa, como un corazón tirado al suelo. En su actitud de esfingehay una secreta proposición de canje, y la fealdad del sapo aparece antenosotros con una abrumadora cualidad de espejo.

TOPOS

D espués de una larga experiencia, los agricultores llegaron a la conclusión de que la única arma eficaz contra el topo es el agujero. Hay que atrapar al enemigo en su propio sistema.
En la lucha contra el topo se usan ahora unos agujeros que alcanzan elcentro volcánico de la tierra. Los topos caen en ellos por docenas y no hace falta decir que mueren irremisiblemente carbonizados.
Tales agujeros tienen una apariencia inocente. Los topos, cortos de vista, los confunden con facilidad. Más bien se diría que los prefieren, guiados por una profunda atracción. Se les ve dirigirse en fila solemne hacia la muerte espantosa, que pone a sus intrincadas costumbres un desenlace vertical.
Recientemente se ha demostrado que basta un agujero definitivo por cada seis hectáreas de terreno invadido.

FELINOS
[Cuento. Texto completo]
Si no domesticamos a todos los felinos fue exclusivamente por razones de tamaño, utilidad y costo de mantenimiento. Nos hemos conformado con el gato, que come poco.
FIN

Comentario Literario

Autodidacta de poderosa imaginación, Juan José Arreola ejerció los más disímiles oficios: vendedor ambulante, periodista, maestro y sobre todo charlista de palabra deslumbrante y ademanes categóricos. Inquietador profesional de vidas y sensibilidades buena parte de la joven narrativa mexicana le debe enseñanzas definitivas. Su primer libro, Varia invención, lo situó como uno de los mejores cuentistas del siglo XX. Confabulario, le da un sitio aparte en nuestras letras. Su evolución literaria podría resumirse así: la ingenuidad que deviene sapiencia; la alusión que se convierte en ilusión, el plano vertical que se trueca plano oblicuo. El tema del amor es capital en su obra: va del idealismo adolescente a una visión aterradora y caricaturesca… Arreola ha creado las imágenes y las metáforas más hermosas con que cuenta el poema en prosa, la fábula y el cuento reducido a sus rasgos esenciales. Los lastres que venía padeciendo la literatura mexicana desaparecen en él sin dejar huella.

Emmanuel Carball